domingo, 3 de octubre de 2010

He saltado.

He saltado. He saltado de lleno en un mundo del que no me considero del todo experta, por no decir, totalmente inexperta.
Desde pequeña mi vida ha estado expuesta a un continuo cambio de sentimientos, emociones y ambiciones, que, con los años, se han ido matizando a medida que he ido creciendo, tanto física, como mentalmente. Mi mundo se ha visto envuelto en situaciones de las cuales no consideraba que formaran parte de ese mundo que consideraba mío. Así, me fui creando a mi misma, ajena al resto de las personas que me rodeaban, con ayuda de otros que podían llegar a comprenderme, pero al fin y al cabo, conseguí crear mi vida, tal, y como yo quiería que fuera.

Fruto de la incertudimbre y lo lejano que me parecía el hecho de elegir a lo que dedicarme, decidí cursar el bachillerato de sociales, donde la economía, la geografía y las matemátias, me proporcionaron gran parte de los conocimintos que tengo ahora. Y la verdad, no me arrepiento. No solo no me arrepiento por la capacidad que he obtenido para mantener una conversación sobre economia con mi madre(economista), por tener la capacidad de saber la probabilidad de un suceso que pueda darse o por poder analizar la demografía de un país, sino también porque eso me ayudó a saber qué es lo que no queria hacer con mi vida. Yo no queria eso, y lo tuve muy claro desde el primer momento.

Lo cierto es que siempre tuve la ambición de llegar a tener mi propia empresa de decoración, de poder hacer de una habitación insulsa y mediocre, el lugar mas agradable, bello y placentero que cualquiera desearia. Del mismo modo, siempre me gustó pintar y dibujar, hacer las cosas con mis propias manos y poner el corazón en cada cosa que hacía. Me gustaba que tanto regalos, como cosas propias, llevasen mi firma, llevasen un trocito de mi vida. Lo curioso es que, con los años, mi amor por el arte ha ido creciendo, el sentimiento de admiración y las ganas de aprender, han ido adueñandose de mi poco a poco, hasta que un día decidí que lo que de verdad quería estudiar, eran Bellas Artes.

Cuando me decidí oficialmente por hacer Bellas Artes en la universidad, mucha gente se sorprendió de ello, y curiosamente, algunos se burlaron, o por lo menos, yo tuve la impresión de ello. Muchos me decían: -"Pero, ¿acaso sabes pintar?", -"¿No ves que tu no sabes nada de eso?", -"¿Estás segura de lo que haces?", "¿No va a ser muy difícil para ti?" Y a todas estas preguntas solo pude contestar una cosa: No, no se nada, por eso voy a la universidad, porque quiero aprender. Quiero aprender y tengo ganas, y eso es lo que verdaderamente importa.

 Me he mojado y espero empaparme del todo, porque no tengo miedo. Nunca he tenido más claro qué quiero hacer con mi vida, y me alegro de ello.
 He saltado.

Isa.